3 de julio de 2013

La taza del mundo: Crónica de un proyecto anunciado en una secundaria de Reynosa, Tamaulipas

Juan Carlos Álvarez Ruiz


El origen de la batalla fue en el Coloquio Nacional de Educación Ambiental, celebrado en Teapa Tabasco en octubre del 2010, donde el Mtro. Armando Zamora Quezada da cuenta en la bolsa de material didáctico obsequiado, de una taza de plástico, común y corriente que algunos (la mayoría) decidieron guardar y seguir con lo acostumbrado.

El maestro Armando Zamora Quezada inicia y se propone el ejercicio de utilizar la taza en todos los momentos en que tomaría líquido. El admite que hubo momentos en los que la taza le estorbaba y llevarla a todos lados implicó un esfuerzo, esfuerzo que el solo decidió emprender para hacer algo diferente en un lugar diferente.

El método de la taza como lo llamaron los alumnos de secundaria donde el maestro Zamora Quezada imparte clases, se convirtió en un ejercicio que rebasó la tradicional tarea escolar y el hacer diario de las personas.

El profesor y educador ambiental Juan Carlos Alvarez Ruiz comienza la batalla en la escuela primaria General Lázaro Cárdenas con los alumnos de 6°A turno matutino, con el propósito de sumar cambios en las tareas escolares y en las actitudes de las personas que conlleven a las acciones sustentables a favor del medio ambiente.

Se agradece infinitamente los Doctores y educadores ambiental Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán y Armando Meixueiro Hernández, profesores en la UPN y Anáhuac, por permitir el uso de la revista electrónica Pálido punto de luz la cual dirige con el propósito de debatir y analizar temas educativos de interés en nuestro país.

Todo empieza dentro del aula de clases del grupo sexto A. El profesor Juan Carlos realiza una plática sobre el coloquio de educación ambiental al cual asistió en el mes de octubre del 2012, a través de donde surge el proyecto “La historia de una taza o la revolución en la escuela secundaria 201: una reflexión sobre las inercias ambientales en la clase de ciencias” del Mtro. Armando Zamora Quezada, lectura de análisis obtenida de la revista electrónica Pálido punto de luz.

Se genera un gran interés de los alumnos por conocer el proyecto La taza del mundo, las interrogantes y las limitantes de su funcionamiento no se hacen esperar. El profesor convoca a sumarse y llevar a cabo este proyecto en el que solo una alumna convencida de la idea acepta seguir.

Gloria Isabel Gallegos Gonzalez se acerca al maestro Juan Carlos preguntando cómo tenía que empezar, ya que la abuelita de la chica tenía un restaurante donde se utilizaban muchos vasos desechables, ella preocupada por la situación hace la idea de llevar a casa el reto planteado en clases.

Los desacuerdos por parte de la familia de Gloria Isabel se reflejan ante ella, y algunos de los argumentos planteados eran que la alumna se dejaba influir haciendo mucho caso al maestro de grupo; aún los desacuerdos y las críticas a la idea que la alumna plantea en su hogar, lleva al salón una taza de plástico que pidió para utilizar en todo momento.

La batalla comienza, y las miradas, las críticas, las risas, las preguntas del porqué de una taza colgada en una bolsa color café portada en el hombro de Gloria, hacían pensar en las fortalezas como ser humano y en las ideas y propósitos que se fijó al inicio del proyecto.

En una visita al Cinépolis de la Plaza Comercial del Rio en esta ciudad de Reynosa, Gloria porta su taza para beber una gaseosa que su mamá compró antes de entrar al cine, este hecho marcó un cambio significativo en las actitudes y maneras de pensar de los familiares de Gloria.

Ser partícipes de un proyecto como el que la alumna realiza quiere decir que se ha dejado huella en su aplicación, se han cambiado concepciones y formas de actuar, lo que permite dar cuenta que la educación ambiental en los escenarios escolares y familiares permite tener pensamientos prospectivos a favor de nuestro medio ambiente.

Tal vez por esto, Eloisa Tréllez Solis menciona que la Educación Ambiental necesita ser fortalecida desde el pensamiento y para la acción con la finalidad de movilizar la conciencia y las alternativas constructivas que faciliten que la sociedad y el medio natural se integren de una manera armónica en la construcción de nuevas rutas para la vida.

La participación familiar y social formó parte fundamental en el proyecto de la taza del mundo, por experiencia propia, “Antonella” como cariñosamente conocen las personas a Gloria Isabel, ha comprobado que la historia de la taza ha rebasado las fronteras, personas de la maquiladora (Pentair), donde trabaja su mamá, preguntan del reto que encabeza la alumna; los convivios, festejos o visitas son testigos de las conversaciones que se generaron. Los restaurantes de Pizza, Starbucks, café Gloria, Little Cesars, H-E-B, Mcdonalds, Cinépolis, Whataburger, Jack in the box, etc. son algunos de los centros de servicios que son testigos de la presencia de la taza del mundo.

Es motivante formar una trayectoria de los lugares y situaciones donde se ha llevado la taza, seguir con el proyecto es el resultado de la confianza y los beneficios que se han obtenido, por lo que sumar esfuerzos y compromisos en beneficio de la naturaleza y de la paz interior de las personas es verdaderamente más valioso y satisfactorio que otras situaciones de la vida cotidiana.


Gloria Isabel Gallegos González, una reflexión


Me dijo el profesor que escogiera una taza y la trajera el día siguiente para que empezara a tomar agua o algún otro líquido.

Todos los sábados vamos a la tienda H-E-B y fui dos sábados y en el segundo sábado me paró el guardia para ponerle el sello a la taza y me lo puso. Yo pienso que la taza me ayudó a dos cosas: a tomar agua y a no utilizar vasos desechables.

Cuando iba a algún lado, la gente se me quedaba viendo, pero nadie me decía nada. Mis papás nunca me decían nada, nada más me decían cuando me veían tomando agua. “Dónde está tu taza? préstamela”.

Es difícil llevar la taza, se me olvida y no puedes tomar nada.

Mi abuela me dijo que yo le hacía mucho caso al Profr. y yo le decía que no, que lo tenía que hacer era no porque el profesor me digiera. Sino porque yo me ofrecí de manera voluntaria.

Pienso que esto que estoy haciendo con la taza es muy divertido y un poco difícil, algunas niñas de quinto grado me preguntaron qué porque traía una taza y yo les dije que era un proyecto, que no podía tomar en algún otro vaso.

Esta semana cumplo 3 semanas usando la taza y estoy feliz porque sé que puedo ayudar al medio ambiente.

Empezando la 4 semana el director de la escuela dijo que quería propuestas para mejorar el medio de la escuela y también dijo que iba dar 500 pesos.

Mi mamá me premia con una nueva taza personalizada. Dice que me la regala por haber obtenido buenas calificaciones.

El sábado 3 de Noviembre fui a comer a la pizza. Ahí te dan para que pongas la pizza, platos desechables y también vasos desechables y yo tenía mi taza, tome Pepsi.

El martes 6 de noviembre en la escuela tomé jugo de naranja y agua, el martes tome café en la tarde. Y el profesor me dijo que para mañana 7 de noviembre ya quería la lista con la anécdota.

He ido a muchos lugares en los que me siento orgullosa por la taza, el profesor dice que no cualquiera puede hacer este esfuerzo y yo lo estoy haciendo, estoy feliz y cada vez que el profesor me menciona por lo de la taza me siento muy orgullosa de mi misma y eso me da más fuerzas para pararme y seguir adelante con el proyecto, hay días que lloro porque pienso que no soy nadie y me pongo a pensar y digo que sí soy alguien por lo de la taza del mundo, he ido a comer a muchas partes, bueno, restaurantes.

En las vacaciones usé algunas veces la taza, y estoy feliz porque ya fui a 2 fiestas llevando y usando la taza, algunas veces me encontraban compañeras como Bicri y Natalia.

El día de Reyes en Río Bravo llevé la taza y tomé chocolate con toda la familia_.

En la escuela también tomamos chocolate y yo agarre el vaso desechable y el profesor me hizo una cara rara y pronto cambie el chocolate a la taza.

La taza del mundo ahora tiene una canción y la escribió mi compañera Karen y he ido al cine con la taza y no tengo que comprar un vaso para tomar coca porque yo llevo mi taza.

También fui a McAllen en pizza Hot y todos se me quedaron viendo pero ya me acostumbré, así que no me da pena, como ya nos vamos a graduar el profesor quiere que pase al frente a hablar de la taza, de lo que me gustó de la taza y lo que no me gustó.

Yo quisiera que mis compañeros lo hagan como yo lo estoy haciendo pero casi nadie he visto con la taza y eso me decepciona un poco y a veces les pregunto a los niños de mi salón que donde está su taza y algunos me dicen que no saben y a las niñas si las he visto usar la taza. Esta es mi experiencia.

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