1 de octubre de 2013

Presentación (Num. 194, octubre-diciembre 2013)

Roy Lichteinstein. Mountain Village. 1985

La edición 194 de Caminos Abiertos reúne tres artículos alrededor del tema de la evaluación, de tal modo que el número inicia con una reflexión de Alfredo Villegas Ortega sobre el asunto de la evaluación de los maestros. A continuación se presentan estudios sobre la evaluación docente a cargo de Gloria De la Garza Solís, y luego Nicanor Reyes Carrillo aporta ideas acerca de evaluar con certeza.

Más adelante, Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán nos describe los avatares de un viaje a España. Y seguimos con Nadia Nelly Cordero Martínez quien narra una situación de aprendizaje en preescolar para desarrollar competencias de apreciación artística y creatividad, y Armando Zamora Quezada evoca reflexiones vertidas en un Taller de tesis.

Para concluir, ofrecemos una crónica de César Labastida Esqueda hablando sobre la necesidad de divulgar y enseñar ciencia, y un magnífico cuento escolar de Fidel Silva Flores.

Las imágenes en esta edición recuperan algunas obras pictóricas del Pop Art conmemorando el noventa aniversario del nacimiento de Roy Lichteinstein.

La mentada evaluación a los maestros

Alfredo Villegas Ortega

Los resultados obtenidos por México en las evaluaciones internacionales como miembro de la OCDE, señalan, de manera fría, que algo hay que hacer. Eso está claro. Lo que no se ha podido precisar o, más bien, se ha sesgado, son las causas.

Lo más fácil para el gobierno actual ha sido descalificar a los maestros y a las instituciones en las que se forman un buen número de ellos: las escuelas normales. ¿Por qué? Eso no es necesario preguntárselo al secretario de educación, ni menos al presidente de la república. No, por la sencilla razón de que ya han intentado explicarlo, sobre todo el primero, y sus argumentaciones no van más allá de eufemismos, promesas de un futuro brillante y, por ende, así nada más, de la necesidad de reformar la educación.

¿Cómo? Evaluando a los maestros, refundando a las normales. ¿Cómo se va a evaluar? De manera estandarizada. Igual para todos en un país profundamente desigual en el que existen municipios como San Nicolás de los Garza o delegaciones como la Benito Juárez que parecen de otro planeta comparados con Metlaltonoc en Guerrero, cuyo índice de desarrollo humano es comparable con los que tienen los países más pobres de África. ¿Qué maestros van a demostrar mejores resultados? ¿Quiénes estarán en riesgo de perder su empleo? ¿Son justos sus reclamos cuando se encuentran ante la espada de Damocles? ¿Cuáles serían realmente los mejores maestros? ¿Por dónde habría que empezar? ¿Cuánto tendrían que ganar los maestros que trabajan en los municipios más pobres? ¿No se deberían mandar allá a los mejores profesores, con sobresueldos generosos, y cambios reales en la infraestructura (drenaje, trabajo, alimentación, empleo, agua potable, vivienda digna, salubridad, vialidades, escuelas ¡que sean escuelas!) y condiciones de vida de esos pueblos, en la misma lógica médica de que al paciente más grave debe corresponder la atención del galeno más calificado en el mejor hospital?

Pero en este país funciona más la lógica asistencialista que vende la idea de que el pobre está así por su indolencia y pereza y hay que ayudarlo y enseñarle la ruta de la civilización, cuando ha sido ésta la que los ha marginado, cruelmente, de los beneficios que, eventual y sectariamente, deriva. Es curioso el discurso oficial: “Que todos los niños pobres vayan a la escuela”. ¡Eureka! ¡Claro! ¿Y así se acaban los problemas? No. Lo honesto sería, en un auténtico Plan Nacional de Desarrollo, proponerse acciones bien diseñadas, tendientes a erradicar la pobreza, para que el discurso diera un giro de 180 grados y sentenciara: “Que no haya niños pobres para que todos puedan ir a la escuela y estén en condiciones de aprender y en igualdad de oportunidades” para, entonces, sí, evaluar los resultados, aunque siga siendo, esa, una visión parcial, que no resuelve el problema.

Evaluar no es medir. Evaluar significa, entre otras cosas, valorar, apreciar, ponderar. ¿Para qué valorar? Para rectificar, ratificar, promover, establecer, acordar, consensuar y/o, también, pactar, pero con los actores centrales del proceso: los maestros. Son los actores centrales, más no los villanos de la película. Son los actores principales porque en ellos se centra el proceso de enseñanza y, porque desde su labor esforzada y honesta, se puede sembrar conciencia, se debe enseñar a ver el mundo de una manera crítica. Lamentablemente no basta, hay otros factores más profundos que las autoridades ocultan y disfrazan apoyados por grupos de poder y los principales partidos políticos que son la verdadera raíz nefasta que se debería fumigar.

¿Todo está bien en el magisterio? No. Hay muchos maestros que no entienden a cabalidad, la importancia de su labor. Pero eso pasa en todos los ámbitos, y no por ellos, nos justificamos, pero escenarios ideales no existen. Hay malos y buenos médicos, políticos, ingenieros, mexicanos, seres humanos. Lo que sí hay, es una inmensa mayoría de maestros que, históricamente han dado la batalla con un gis, un viejo pizarrón, un magro salario, bancas rotas y niños mal alimentados que encuentran en ellos a sus verdaderos defensores, aunque, en ocasiones tengan que salir a las calles a pelear lo que les quieren arrebatar. Hace falta transformar la educación, toda, pero de raíz y acompañada de cambios sustanciales, en el plano económico, político y social, y que atraviesan por la generación de auténticos acuerdos y participación ciudadana; por la promoción de genuinas plataformas de gobierno que, en realidad, pensaran en un México más justo, solidario, equitativo y libre. Hace falta cambiar el país, todo. Sus hospitales, sus carreteras, sus políticos, su congreso, sus indignantes diferencias, su forma de promover cambios auténticos. No nos negamos a ser evaluados, si antes se nos dice que es parte de una nueva cultura promotora de cambios y no de corte de cabezas; no nos negamos si se nos dice que esa nueva cultura empieza por evaluar a los evaluadores y diseñadores de las pésimas políticas sociales y económicas que tienen postrado al país, todo, y no sólo por culpa de los ‘maestros flojos’. No nos negamos, si la evaluación va acompañada de una verdadera reforma educativa, consultada y trabajada con varios actores calificados, en cuyo primer lugar están los maestros. Lo que han venido mentando como la ruta al paraíso no es más que una reforma laboral que atenta contra los derechos de los maestros ¿Qué otro gremio, en esas condiciones, se quedaría con los brazos cruzados? ¿Cuáles son las líneas pedagógicas de la reforma del Lic. Chuayfett? ¿Alguien cree que él podría soportar trabajar una semana en una primaria de la sierra de Puebla, por ejemplo, para que, en un verdadero aprendizaje situado, se diera cuenta de que lo que dice es mera retórica? ¿Ya sabrá cuánto gana un maestro en esas zonas? Antes, todo será discurso para que las familias más ricas del país sigan expoliando y arrasando con todo lo que se pueda, y para escudar en los maestros, como el flanco más vulnerable y expuesto las pifias, corruptelas e incompetencias de gobiernos que van y vienen, y ellos sí, sin que nada cambie, en la más pura expresión parmenideana.

¿Por dónde empezamos licenciado? ¿Nos evaluamos todos? A usted ya lo estamos evaluando, y no con exámenes estandarizados, sino bajo el escrutinio de la sociedad y en el horizonte implacable de la historia que habrá de colocarlo en el lugar que le corresponda. Acuérdese evaluar es valorar todo el proceso; eso estamos haciendo; no somos injustos, no lo evaluamos con un sólo instrumento, porque eso es, simplemente, medir. No creemos que apruebe. A lo mejor es otro el que pierde su empleo. Piense, hable con los interlocutores adecuados, lea con mucho cuidado la realidad, el malestar y los movimientos sociales que están despertando; la cuerda ya no se puede seguir tensando; y es que, sus decisiones pesan, esas sí y mucho, en las malas condiciones de vida de ese ‘pueblo bueno’ al que dicen defender de los ‘maestros malos’.

Estudios sobre la evaluación del docente

Gloria De la Garza Solís[1]

 
Roy Lichteinstein. Dos figuras Indias. 1988
    La competencia del docente se considera un factor  esencial en la calidad de la educación escolarizada en su conjunto, de ahí la importancia otorgada actualmente  en diversas instituciones educativas a la evaluación de la competencia y la eficacia de los profesores. Se entiende por competencia docente la “aptitud para comportarse de un modo específico dentro de una situación social determinada con vistas a producir efectos demostrados empíricamente y aprobados por los miembros del ambiente en el cual ejerce sus funciones” (Postic, 1978: 34)
La situación social a la que se refiere la definición es la clase o una situación similar en un ambiente escolar, mientras que los miembros de dicho ambiente son los alumnos,  otros profesores, las autoridades escolares y los padres de familia.  La eficacia del profesor se define como el “efecto del que enseña en la realización de un valor que toma la forma de una objetivo educativo reconocido por el sistema institucional en vigor en una sociedad dada.” (Postic, 1978: 35)
En términos generales, los estudios para determinar criterios de competencia y eficacia docentes se pueden clasificar en tres tipos dependiendo de la finalidad con la cual se realiza la evaluación de los profesores:
a)   Reclutamiento de aspirantes a profesores, en cuyo caso se pretende una predicción de su desempeño con base en ciertos criterios de admisión tales como conocimientos, aptitudes y actitudes hacia la docencia.
b)   Formación de profesores, que busca mejorar la relación pedagógica del sujeto y eliminar problemas para su tarea; aquí los criterios se basan en los rasgos de comportamiento que pueden tener efectos positivos o negativos en los alumnos.
c)   Perfeccionamiento y promoción académica y laboral a partir de la observación de profesores en ejercicio con el propósito de mejorar la enseñanza, modificar actitudes y valorar la formación profesional del docente.

Por sus características, la evaluación del docente que indicada en la reforma educativa se ubica en el tercer tipo de estudio, es decir, en la evaluación del desempeño de profesores en  ejercicio. La pregunta obligada sería entonces, ¿qué es lo que se  puede y se debe evaluar en la labor de un profesor en el proceso de enseñanza aprendizaje dentro del aula? La respuesta a este cuestionamiento requiere la consideración de una concepción de docencia. En términos generales, se pueden identificar tres formas de concebir  la práctica docente:



    
     Profesor como ingeniero conductual en el aula. Deriva de la Tecnología Educativa y pone énfasis en los aspectos normativos, pues se considera fundamental regular el comportamiento de los alumnos y maestros mediante el control de las contingencias en el ámbito escolar. En este sentido, la evaluación docente apunta a la verificación del cumplimiento de las políticas institucionales, tanto académicas, como administrativas y disciplinarias.

1.   Modelo de docencia. Consiste en el establecimiento de un esquema de las dimensiones, variables, habilidades y características deseables de un docente. Se fundamenta en el aspecto pedagógico más que en la formación profesional y en la mayoría de los casos excluye o subestima el conocimiento de la realidad institucional en que se desenvuelven los docentes. Así, la evaluación consiste en la comparación del desempeño del docente respecto al modelo ideal de comportamiento del maestro.

2.     Profesor investigador. Supone necesario un binomio entre la formación pedagógica y la investigación educativa, con el fin de que el docente modifique conscientemente su propia práctica. La evaluación pretende determinar en qué grado ese binomio se cumple, pero con frecuencia las condiciones laborales e institucionales no son suficientes para lograrlo satisfactoriamente.

   A continuación expondremos muy brevemente algunos estudios sobre cuáles variables y cómo deben analizarse al evaluar el desempeño docente. 

Observación del comportamiento docente en el aula.    
     No existen criterios universales sobre lo que es un “buen” docente, pues éstos varían según las opciones educativas y metodológicas que se analizan. Marcel Postic (1978. 15) afirma que es más fácil dar las características de la mala enseñanza y del mal profesor que de la buena enseñanza y del buen profesor. Las evidencias de la deficiencia en la labor del profesorado son el bajo aprovechamiento escolar y una escasa presencia de actitudes constructivas en los alumnos. Si retomamos la definición de competencia docente expuesta anteriormente, podemos ver que  la aptitud o idoneidad para la enseñanza suponen dos requisitos:
     a) El dominio de un área de conocimientos en un tema o disciplina determinados
     b) Habilidades o destrezas que se manifiesten en conductas observables.
  
     Las conductas observables a que hace referencia el inciso b constituyen en su conjunto los indicadores del estilo de enseñanza propio de cada profesor. Postic agrupa estas conductas observables en dos grandes categorías: aquéllas que se refieren al método didáctico y las que se relacionan con  que él denomina contexto social. (Postic, 1978: 16)
  
     Dentro del método didáctico empleado por el profesor destacan su competencia profesional propiamente dicha y el manejo de la autoridad.
     La competencia profesional implica tres aspectos:
·       El nivel y calidad de su saber
·       La claridad en la presentación  de los contenidos que enseña
·       La progresión metódica que sigue en la exposición de los contenidos.

     La autoridad, por su parte, supone:
·       La disciplina de la clase
·       La supervisión y el control del trabajo
·       La estimulación de los alumnos
·       La eficiencia y el rendimiento de las técnicas didácticas empleadas por el profesor.

     Por lo que se refiere al contexto social, resultan importantes dos aspectos:
·       La  actitud más adecuada a la situación escolar concreta,
·       La expresión de las cualidades personales del profesor con adaptación al sistema establecido.

     Como ya se mencionó  anteriormente, la evaluación del docente puede obedecer a tres propósitos diferentes: el reclutamiento y selección de profesores, la formación docente y el perfeccionamiento y promoción del profesorado.
      Para la selección  de personal docente se suele establecer un perfil de las cualidades deseables en un profesor conforme a la filosofía, los fines y las políticas de cada institución. Noguera y colaboradores  (1990: 15) exponen algunos ejemplos de criterios incluidos en perfiles de selección docente:

     Sinclair y Picogna determinan los requisitos mínimos de entrada y los medios para identificarlos de la siguiente manera:
·       Formación académica y calificación promedio. (Certificados)
·       Deseo y compromiso de enseñar (Entrevista)
·       Salud física y mental (Tests)
·       Voz y apariencia
·       Comunicación oral y conversación (Cursos acreditados en su curriculum)
·       Personalidad y carácter. (Inventarios psicológicos)

     Ellsworth, Krepelka y Kear, entre otros investigadores a los requisitos  anteriores agregan criterios psicológicos varios como el autoconcepto, la personalidad y las preferencias profesionales.

     Baugham establece que la eficacia docente requiere ciertas competencias mínimas tales como: claridad en las exposiciones, variedad en el uso de técnicas, actividades y materiales didácticos, entusiasmo, métodos para abordar las tareas, habilidad para facilitar oportunidades de aprendizaje, talento y creatividad; aunque no explica cómo pueden identificarse a priori en un aspirante a profesor.

Así como los perfiles son el punto de referencia para la selección de los profesores, los modelos de docencia orientan los criterios de formación, perfeccionamiento y evaluación docentes. Sin embargo, es difícil traducirlos en una  dimensión práctica y operativa porque incluyen una gran variedad de variables, relacionadas entre sí de manera compleja. David G. Ryans ha sido uno de los investigadores que ha tratado de identificar y definir las características de los profesores que determinan un comportamiento eficaz o ineficaz en el aula. (Postic, 1978: 59-66)
     Los estudios de Ryans se centran en los comportamientos docentes y han dado la pauta a numerosas investigaciones similares. Ryans entiende la competencia docente como el éxito en la persecución de objetivos educativos,  en relación con un comportamiento dado del profesor; dicho comportamiento es la resultante de los factores de la situación educativa concreta y de las características personales del enseñante. Los objetivos de  las investigación de Ryans son:
a)   Identificar  y analizar los esquemas de comportamiento en clase, de actitudes, cualidades intelectuales y afectivas que pueden caracterizar  a los docentes.
b)   Crear instrumentos papel-lápiz para estimar ciertos criterios de comportamiento o bien cualidades personales.
c)     Comparar grupos de enseñantes según la edad, el sexo, la experiencia, etc.*
    
     Ryans agrupó los rasgos significativos del comportamiento docente en cinco tipos o tendencias:
1.   Comprensión, disponibilidad y apertura hacia el otro.
2.   Actividad metódica y responsabilidad del docente.
3.   Espontaneidad de las reacciones: vivacidad, entusiasmo, impulsividad.
4.   Originalidad, creatividad, adaptabilidad e imaginación.
5.     Cualidades personales como voz, encanto, apariencia física.

     Ryans también consideró significativo el comportamiento de los alumnos en relación con la conducta del profesor, por lo que incluyó también la participación y la actividad controlada del grupo en la observación de la clase.
 
     De acuerdo con las cinco tendencias señaladas antes, Ryans elaboró un lista de 25 rasgos de comportamiento eficaz  e ineficaz. Luego desarrolló un instrumento de observación de dichas características del profesor, que consiste en una escala estimativa de 7 grados para cuatro cualidades del grupo y 18 cualidades del profesor; más adelante analizaremos con más detalle este instrumento.
Los riesgos de  una investigación como la de Ryans es que se fundamenta a priori sobre la simplificación de la situación pedagógica y la observación limitada de los rasgos  de la personalidad del docente que se están considerando; asimismo el afán de cuantificación precisa puede llevar a que el tratamiento estadístico de los datos recolectados produzca una reducción de factores fundamentales provenientes de una situación global.

     Postic señala que en el carácter normativo de los modelos estriba el peligro de simplificar excesivamente una situación educativa compleja, excluyendo variables difíciles de catalogar o dominar por no ser representativas del conjunto, y que en ese sentido  resulte prescriptivo al imponer un esquema reducido del acto didáctico.

     Después de Postic, (1978: 128) los estudios sobre las características de los profesores se diversifican y dejan de centrarse en la  eficacia docente para ocuparse del acto didáctico  entendido como una “acción dialéctica, organizada y orientada por una persona que tiene una posición privilegiada en el grupo para provocar las modificaciones del comportamiento en los miembros del mismo, tiene lugar en un contexto caracterizado por la interacción de personas con estatus y posiciones diferentes, objetivos y modelos de comportamientos”
    
    Como explica Ada Abraham, con la introducción del concepto de acto didáctico, “se pasa de la elaboración de rasgos de comportamientos del docente ideal al análisis y la identificación de los tipos de conducta del profesor real, por una parte,  y por otra, al desarrollo de materiales útiles para predecir el comportamiento del educador.” (Abrahams y cols, 1984: 156)

     Durante mucho tiempo los estudios se centraron en la conducta del profesor como si fuera independiente del grupo de alumnos. Las investigaciones actuales toman en cuenta que en el aula ocurre una relación pedagógica en la que importan tanto las acciones del docente como las reacciones de los estudiantes para comprender el fenómeno de la enseñanza.

    Ned A. Flanders (1990: 52) estudia las interacciones verbales en clase, para determinar la naturaleza del intercambio entre el profesor y el alumno. Desarrolló un sistema de codificación de la comunicación verbal espontánea, a través del cual se organizan los datos de un esquema de representación útil para el estudio de las pautas o patrones de enseñanza y aprendizaje.

Sus investigaciones revelaron que la intervención docente en la comunicación en el aula es dominante en un alto grado, sobre todo en la determinación de las tareas de aprendizaje y en la reflexión sobre los problemas, de manera que las ideas e iniciativas de los alumnos padecen un subdesarrollo crónico. Aunque su estudio se centra más en la eficacia docente que propiamente en el acto didáctico, propone formas de perfeccionamiento de la enseñanza a partir de la exploración de diversas pautas de interacción en la clase.


     El análisis de las interacciones realizado por Flanders tiene aplicaciones para la evaluación del desempeño docente. Por una parte permite la retroalimentación inmediata para el profesor, y por otra, la investigación del proceso enseñanza-aprendizaje. Flanders creía posible desarrollar una teoría de la instrucción que enunciara las relaciones regulares entre la conducta del profesor y los efectos en el aprendizaje de los alumnos. 

     Más recientemente, David Nunan (1989: 1-17) ha señalado también que el comportamiento del profesor debe ser estudiado en relación con el del alumno y viceversa. Nunan, como Flanders, también concede importancia al habla del profesor en la enseñanza y considera en su análisis el tiempo total que habla, la claridad de las explicaciones, el tipo de preguntas empleadas por el profesor y la frecuencia de corrección de errores del estudiante. La diferencia entre los trabajos de Flanders y de Nunan es que mientras el primero considera que el análisis de la interacción debe ser realizada por un observador externo, el segundo opina que los maestros  pueden investigarse  a sí mismos.

    Otro estudio que utiliza la observación del comportamiento docente para evaluar su desempeño es el llamado Inventario de conductas significativas por el método de incidentes críticos de Flanagan (FIAC) (Cfr Postic,1978: 233 ss) Este investigador se propone examinar los modos de intervención del docente para establecer las acciones docentes y los rasgos de personalidad asociados a ellas  que provocan en los alumnos reacciones positivas y negativas, tanto de carácter cognoscitivo como afectivo. Lo más interesante de este trabajo es que compara las percepciones de quienes están comprometidos en la situación educativa (maestros, alumnos, administradores, padres) con las notas de observadores neutrales calificados.
     El principal problema del estudio de Flanagan es el componente de subjetividad en el hecho observado, que puede provocar errores de juicio, pero sirve para descubrir rasgos generales asociados al éxito o fracaso de la situación educativa. Especialmente en la apreciación que los alumnos hacen de ciertos rasgos de personalidad, intervienen matices que provienen del marco de referencia personal de cada alumno respecto a su propio comportamiento, hecho común en la aplicación de diversos  instrumentos.

  
      El examen  de las fichas de observación utilizadas por Flanagan en sus investigaciones presentan desacuerdos entre los observadores sobre la apreciación de la didáctica de la materia, pero son fiables para evaluar la calidad de los actos pedagógicos del enseñante que están definidos en relación a la comunicación con los alumnos.

     La aplicación de estas fichas de observación en grupos de control y experimentales y el análisis de sus diferencias, muestra que los cambios positivos (o sea, los progresos en la enseñanza) provienen más de una mejora de las actitudes de los docentes frente al grupo que del perfeccionamiento de las técnicas y materiales didácticos empleados  en la materia.

      Un modelo docente supone definible con precisión lo que es la competencia docente; sin embargo, los estudios basados en la observación de los profesores, demuestran que los “esquemas de acción” responden a contextos determinados. Los instrumentos de observación como los que se han mencionado aquí permiten develar las formas sutiles de un modelo y, por consiguiente, separarse de él; no obstante, es posible analizar el sistema de interacción pedagógica para examinar las relaciones que existen entre los comportamientos del docente y los efectos producidos en los alumnos.

Fuentes consultadas

ABRAHAM, Ada y cols.(1984) El enseñante es también una persona. Ed. Gedisa. España, 1984
CABALLERO PEREZ, (1992) Roberto. La evaluación docente, México: UNAM

FLANDERS, Ned. (1990) Análisis de la interacción didáctica. España: Anaya.

NOGUERA, J. Pastor y J. M. ROMAN. (1990) Métodos de selección y formación de profesores. Argentina: Herder (Biblioteca de Pedagogía 26)

NUNAN, David. (1990) Underestanding language classrooms. EE.UU: Prentice Hall.

POSTIC, Marcel. (1978) Observación y formación de los profesores. Madrid: Morata (Colecc. Pedagogía)



[1] Fragmento de la tesis para obtener el grado de Maestría en Enseñanza Superior de De la Garza, G. (1997) La relación entre el carácter del profesor y la evaluación de su desempeño por parte de los alumnos. México: Universidad La Salle.
* Los subrayados son míos.

Evaluar con certeza

Nicanor Reyes Carrilo

Roy Lichteinstein. Sinkin sun. 1966
Se dice que la frialdad tiene que ser una de las primeras cualidades que debe tener un evaluador, lógicamente la frialdad tiene que ver con una lógica de imparcialidad, basándose o teniendo como referente un claro conocimiento de la realidad o la persona que se evalúa, además del momento y las circunstancias que rodean esta necesidad pedagógica.

También debemos de comprender que el fenómeno educativo tiene diversos aspectos que se necesita investigar antes de promover un nuevo modelo educativo, los cambios por capricho o por beneficio político tienden más a crear encono e ira que avances en el movimiento o transformación de aquello que se pretende modificar.

Respecto a esta situación de querer diseñar un modelo de evaluación hace falta tener un comparativo similar para poder hacer vínculos o semejanzas, para intervenir en la evaluación de un sujeto o de una institución. Por ello es necesario obtener la mayor cantidad de elementos para acercarnos lo más fielmente al momento de crítica y posterior cambio. Evaluar una de las partes implica necesariamente evaluar el todo, como parte de un sistema cada una de sus partes es tan importante o vulnerable como su unidad completa.

Sin que nadie tenga la verdad absoluta todos debemos darnos la oportunidad de opinar sobre la evaluación de este sistema, pero de antemano hay que hacer una referencia clara a los principales jugadores de este fenómeno, los docentes y los alumnos. Si se toma con objetividad, se nos presenta como un problema enorme con un sinfín de problemáticas no resueltas desde hace muchas décadas, los lastres históricos se tienen que observar con calma; sin olvidar la cantidad de hombres y mujeres que han dejado su vida en pos de este ideal social.

Voy a tratar de esbozar de manera general aquello que considero como necesario o indispensable antes de generar una evaluación, al hacer esta acotación me involucro como uno de los dos jugadores ya sea el docente o el alumno; en primera instancia porque tuve una formación profesional, y en segunda porque he tenido la valiosa oportunidad de dar clase.
El contexto.

México como una de las economías más grandes (lugar 13 hasta 2013) en el mundo necesariamente ha tenido la necesidad de vincularse con sus demás socios comerciales, aún antes de que se firmara el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC o NAFTA por sus siglas en inglés) durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-2004). Nadie está libre de los vínculos mercantiles, pues esto promueve el desarrollo al interior de las naciones, la manera en que se juegue en este tablero determina cuantas veces se da el jaque o uno es jaqueado; desafortunadamente a los países de América Latina, África o del Sur de Asia el Mate se vislumbro mucho antes del jaque por mil razones, empezando por el uso de la fuerza y el abuso ambicioso de los colonizadores.

Es decir que la manera en que entramos al juego fue perdiendo, por lo menos nuestro país se quedó con menos de la mitad de su territorio en el siglo XIX(1845-1847), la manera en que se han dibujado las estructuras socioeconómicas de nuestro país ha sido en base a conflictos con otras naciones. En este punto es necesario reconocer que la educación pública ha sido una de las banderas que más veces se han tomado por todos los políticos que han tenido cierta intervención en la esfera pública del poder. Y también reflexionar en torno a la idea certera que es la escuela quien modela el tipo de ciudadano, que se requiere para hacer frente a las distintas circunstancias futuras que nos dominan y nos competen resolver como pueblo.

La organización económica está vinculada de manera necesaria a la organización educativa, la mano de obra de cada pueblo se determina cuando existe una idea clara de las necesidades de desarrollo, no obstante a finales del siglo XX y principios del nuevo milenio, todavía existen brechas enormes entre cada uno de estos dos aspectos, dos eran las causas, en lo educativo: la cantidad enorme de estudiantes potenciales no satisfechos en nivel medio superior y superior así como la masificación sin inversión suficiente en estructura a nivel básico. En lo económico: las empresas nunca apostaron por una inversión directa en la educación por medio del pago necesario de impuestos o subvención de proyectos científicos; es absurdo querer mano de obra calificada cuando el salario de los empleados solo sirve para sobrevivir y mantenerse en una situación de pobreza y estrés social.

También se dio y se sigue dando un momento de tensión irreconciliable, los egresados de las universidades estaban o siguen desempleados, subempleados o con salarios similares a los que se le dan a un obrero. En tanto los dueños evaden impuestos cuando se adhieren a campañas de supuesto beneficio social ( teletón) y continúan obteniendo prebendas para instalarse en forma ventajosa violando leyes con ayuda de varios políticos corruptos ( caso Wall Mart 2012-2013). En este estira y afloja las instancias burocráticas buscaron un asesor internacional para incidir en el declive del Sistema Educativo Mexicano, por cierto los asesores pertenecían la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico por medio de pruebas estandarizadas a nivel internacional PISA yENLACE.

Lo grave no es la prueba como tal, sino la falta de vinculación con las condiciones de desarrollo tan complejas y diferentes existentes en cada una de las escuelas del país. La manera de tratar a un alumno tiene que ver con su entorno, el empleo de sus padres, el acceso real a las Tecnologías de la Información y Comunicación TIC, sobre todo a los satisfactores básicos como alimento, casa y salud. Nadie puede aprender con el estomago vacío o viendo como se mueren las personas cercanas por una lucha de mercado generado por una solicitud internacional de los estupefacientes (USA y Europa son los principales mercados incluso su venta y distribución son legales ahí).

Plantearé pues en forma breve algunos rasgos característicos de los dos actores necesarios en el proceso de evaluación educativa docentes-alumnos.

Los docentes.
Evaluar a un docente o ponerlo dentro de un sistema de valuación tendría que mirarse de muchas maneras entre las que destacan:

Su formación: una gran parte de los docentes que actualmente ejercen su profesión fueron formados de manera profesional en los años 70, 80 y 90 del siglo pasado, los planes y programas de estudio les dieron las herramientas para integrarse a su labor basados en un momento histórico determinado, en ocasiones el cambio en los planes de las escuelas normales tenían décadas sin moverse, las exigencias para poder obtener el grado de profesor eran tener la secundaria terminada, al mismo tiempo que se obtenía el titulo como profesionista se les daban materias de bachillerato; a esto se le denominó normal básica. Tiempo después se optó por crear licenciaturas en educación básica o con alguna especialidad en la enseñanza como español, ciencias naturales, educación física o matemáticas. Al mismo tiempo en las Universidades Públicas como La UNAM tomaba impulso la carrera de pedagogía. Mientras en el IPN o la UAM había especialidades en investigación educativa o materias como sociología de la educación. A principios de los años 80 se crea la UPN para profesionalizar al gremio docente y dotarles de una educación de calidad, una idea buena pero posteriormente con falta de presupuesto. Es decir, los docentes en nivel básico mantienen ideas distintas de los que sería su objeto de trabajo y de estudio, tanto en profundidad como en tratamiento. Solo tomo estos ejemplos para tener una generalidad pero en este momento histórico la oferta educativa para profesionales en educación también tuvo un Boom en las escuelas privadas, debido sobre todo a la enorme cantidad de estudiantes que no podían y todavía no tienen acceso a las universidades públicas.
Su sueldo: la mayoría de las veces en los noticieros cuando se habla de docentes siempre se enfocan a los trabajadores que son parte de una estructura gubernamental, y por su gran número a nivel básico, no obstante hay una inmensa mayoría de docentes que se inscriben en el sector privado o en ambos para poder obtener un sueldo digno. El multitrabajo sigue en boga, las instituciones privadas mantienen una exigencia con sus profesores que no está acorde con su ingreso, no existe un contrato que lo enganche o le dote de una seguridad laboral, carecen de servicios de salud o acceso a una vivienda y al termino del cuatrimestre lo único que obtiene es cierta ganancia por las horas trabajadas con su respectivo pago de impuestos. Trabajar para sobrevivir, el probesor se mueve entre una torta y un refresco, así como las horas que puede obtener en las dos o tres escuelas en que imparte su materia. Para aquellos que han tenido la fortuna de tener una plaza desde su inicio esta realidad queda olvidada y cada quien que se rasque como pueda.

El sueldo de los docentes adheridos a la parte oficial se ha obtenido de una forma sumamente viciada, los amarres políticos entre los distintos dirigentes sindicales y políticos han dejado a los docentes entre la espada y la pared, o te alineas o comes. Las prebendas reales están sujetas a los vaivenes políticos sobre todo cuando es época de campañas electorales, ningún partido político ha dejado escapar este botín. Por cierto que los grandes ingresos no están en las manos de los docentes, la escalada para estos se da en lo político más que en lo magisterial, la llamada carrera magisterial fue un acierto para incentivar a los maestros en su momento pero las barreras y candados impidieron que muchos disfrutaran de sus beneficios. Se dice en los pasillos que ahora muchos profesionistas ajenos a la educación quieren ser docentes, eso es un gran logro moral no obstante también acarrea una problemática nueva; la falta de claridad, arraigo y vocación, aunado al tratamiento concreto con los alumnos, los padres, las situaciones de organización y los problemas administrativos que mantiene este trabajo.

Su capacitación: debido a su formación los docentes necesitan un continuo tratamiento de su especialidad, los tratamientos teóricos, situaciones legales, reformas constitucionales, el conocimiento de las tecnologías de la información y comunicación TIC, así como la necesaria capacitación para la gestión y administración de los centros de trabajo. En este punto voy a retomar algunas apreciaciones que nos proporciona Carlos Zarzar Charur respecto a la evaluación de docentes a nivel superior que se puede aplicar a todos los niveles según mi experiencia y las vivencias de algunos colegas de todos los niveles.

Cada centro escolar cuenta con cierto grado de complejidad por la organización, número de docentes, de alumnos, gestión ante las autoridades, así como la antigüedad del personal. “…los elementos anteriores, que podrían resumirse en la ubicación en la realidad, deben completarse con la determinación clara de la situación deseable hacia la que hay que llevar al maestro y a la institución”(Zarzar, 1988:74). Pues una evaluación inicia desde el justo aprecio del contexto donde se desarrollan y trabajan los docentes, nada debe dejarse al azar pues de esto depende la vida de la institución y el impacto que pueda tener en su comunidad.

Al momento de capacitar al personal, es necesaria una capacitación de los capacitadores, es decir un profesional en su área para proporcionar conocimientos al gremio, al mismo tiempo dotarles a tiempo del material didáctico para poder obtener estos saberes, así como tener un lugar específico para trabajar cada uno de los cursos, diplomados, simposios, mesas redondas, talleres, maestrías, especialidades, encuentros, conferencias, asesoría, capacitación que necesariamente deben de tener; congruencia, coherencia, un objetivo definido para integrarse en un catalogo de necesidades institucionales- sociales a corto mediano y largo plazo, con horarios, tiempos y recursos materiales–humanos definidos con tiempo, carecer de alguna de estas características se vería como algo falto de ética u honestidad profesional por parte de aquellos que ofertan dicha capacitación; sin contar que los resultados serían pobres y sin impacto en la vida profesional de los docentes. Lo siguiente sería verificar en forma sistemática, real, con un instrumento diseñado ex profeso para este saber dado en el centro de trabajo de cada uno de los participantes y obtener un seguimiento o mejora del curso dado. Esto supondría una mejora constante, critica en cada una de las áreas del fenómeno educativo, de otra manera solo son recursos tirados a la basura y sin un fin determinado, además no amenazar a los docentes ( con el retiro de su trabajo) cuando no hayan podido asimilar los saberes dados, pues es un proceso y un fenómeno complejo, psicológico y lleno de circunstancias personales e institucionales. “Dada la magnitud de la tarea, en la mayoría de los casos se realizan las acciones y no se llevan a cabo seguimientos continuos, profundos y de énfasis cualitativo de los maestros participantes y de los programas en general”( Zarzar, 1988:70). Siendo el resultado una apatía de las diversas instancias involucradas, al grado que solo se ve como un trámite que nos permite seguir en el trabajo nunca como una herramienta o una ayuda sustancial.

Finalmente los docentes que asisten a los distintos cursos, lo han visto como una carga de trabajo, pues estos se proporcionan en contraturno, los fines de semana y con una calendarización irregular, desorganizada y con ponentes que carecen de un buen incentivo económico, poco manejo de los contenidos, con una carga laboral similar, ¿quién puede aguantar doce horas de trabajo continuo con poco tiempo para alimentarse? el desgaste humano tiene límites y aquello que puede ser gratificante se vuelve una tortura. Por tanto la actualización docente tiene algunas lagunas debido a “tres factores: la cantidad de personal y programas que requieren de este servicio, la falta de incentivos que motiven la participación del personal docente en estos programas y la insuficiente calidad de algunos de estos”(idem). Pienso que el debate debe darse a nivel institucional con un grupo de expertos pero sobre todo que cuente con la voz real de los docentes, directivos, jefes y encargados de direcciones generales o de zona.

Los alumnos.
La educación de calidad no tiene que ver solo con cambio en los planes y programas de estudio o con la profesionalización de la planta docente, el mejoramiento en las condiciones materiales de existencia de las personas que asisten a los distintos centros de educación en todos los niveles son fundamentales para ser imprescindibles en la vida y el necesario cambio social. Los alumnos mexicanos vienen de distintos estratos sociales, con situaciones e ingresos económicos diversos, también existe una gran población perteneciente una etnia con lengua, cosmovisión-cosmopercepcióny costumbres diferentes. Esto nos implica una evaluación distinta que debe de tomar en cuenta estas variantes, pues el docente que se enfrenta a estas situaciones primero tiene que adaptarse, conocer, respetar, aceptar, entender, actualizarse, involucrarse y después trabajar con la comunidad para poder transformar o por lo menos integrar su trabajo en ritmo con las necesidades concretas de su entorno, por cierto aquí no describimos el caso de los alumnos con necesidades educativas especiales.

Los alumnos al asistir a la escuela tienen que verlo reflejado en su propia forma de vida tanto en lo económico como en lo personal, un estudiante que no ve un cambio en su persona y después de tener un título universitario gana lo mismo que un prestador de servicios o menos, vive frustrado y lleno de confusión, además de que la imagen de la escuela se resquebraja y pierdeutilidad social como impulsora de una necesaria movilidad social. ¡Para que estudias si de todos modos vas a ganar lo mismo que un taquero o un chofer de microbús!. El valor del conocimiento estriba en crear seres satisfechos y felices, lo contrario implica gente inconforme, vulnerable, irascible, con una negación por el saber real. ¡Sabes matemáticas, ciencias o medicina pero no puedes mantener ni a tu familia ni a tus padres!.

Un alumno debe sentirse privilegiado, orgulloso de poseer conocimientos, sabiendo que podrá resolver aspectos cercanos a su vida cotidiana, tener una curiosidad inmensa por comprender su mundo y sobre todo sentirse útil en su contexto, crear un vinculo entre la escuela y la vida son lazos que no se deben de perder, la escuela no es un monasterio, un bunker, una secta, es un espacio para la discusión, el diálogo, la transformación y solución de los problemas de la comunidad. La escuela solo puede ser importante cuando vive con, para y en la comunidad. Cada maestro nunca debe estar ajeno a los miembros de su entorno. 
Cuando un alumno ve la escuela como un lugar ajeno a su vida no tiene razón para seguir yendo, si un maestro se vuelve un dictador o un segundo patrón dejó su brillo, y solo será una figura de autoridad para evadir o atacar, es triste escuchar en los alumnos o en sus padres que la escuela solo es un lugar para echar desmadre o novia (o) que solo entretiene o guarda a los niños en lo que ellos trabajan; es un lugar que costo mucha sangre, muertos y vidas, es el ideal republicano por antonomasia.

Reflexión final.
Al momento se menciona que existe una reforma educativa, y se anuncia con bombo y platillo el gran cambio, no obstante no se ha dicho si se elevará la cantidad del producto interno bruto destinado a ésta, cuando alguien diga que se destinara el 8% o idealmente el 12% entonces tal vez estaremos frente a un cambio real, al mismo tiempo que se hablara de cambios en la capacitación, infraestructura, creación de nuevas plazas, creación de nuevos planteles a nivel superior, medio superior o preescolar, necesariamente contar con los materiales didácticos diseñados especialmente para cada nivel y especialidad, y dar incentivos económicos para la investigación educativa in situ; entonces estaremos hablando de otra cuestión y nuestra crítica ira en dirección a una construcción de una transformación de fondo objetiva, con sus respectivos altibajos pero con un rumbo explicito, real, confiable y sobre todo flexible donde todos los que intervengan sean capaces de aceptar sugerencias y criticas, de la discusión nace la luz.

Si su reforma tiene que ver con un golpe político (captura de Elba Esther Gordillo 2013) solo es un show mediático para ganar popularidad, matar una mosca no desaparece el basurero ni las plagas que se nutren o desean alimentarse del mismo.

Referentes informativos.
Ball, S.J. (1997). “Foucault y la educación”. Editorial Morata. España.
Moreno Bayardo, María Guadalupe. (1990). ”Didáctica: fundamentación y práctica 2”. Editorial Progreso. México.
Benitez, Capistran, Meixueiro. (2005). “El maestro equivocado”. Editorial Grupo Empresarial JARO. México.
Franchi, Giorgio. (1988). “La instrucción como sistema”. Editorial Laertes. Barcelona.
Jersild, A.T. (1986). “La personalidad del maestro”. Editorial Paidos Educador. España.
Ornelas, Carlos. (2009). “El Sistema Educativo Mexicano: la transición de fin de siglo”. Editorial Fondo de Cultura Económica. México.
Zarzar, Charur Carlos. (1988). “Formación de profesores universitarios”. Editorial SEP Nueva Imagen. México.

Caleidoscopio: Crónica de un viaje a España

Rafael Tonatiuh Ramírez Beltrán

Roy Lichteinstein. Reflejos II. 1988
Caleidoscopio era un juguete de mi infancia. Era un cilindro de cartón envuelto en papel brillante, de unos 20 centímetros, con dos vidrios como tapas; una para observar y otra para que entrara la luz. En el centro del objeto existían muchas figuritas de plástico o vidrio de diversos colores. Se jugaba usándolo como si fuera un telescopio, dirigiéndolo hacia una fuente de luz y observar las cientos de combinaciones, en que se acomodaban los objetos y daban ideas de fractales multicolores. Si uno movía el juguete la realidad que aparecía en la mirilla cambiaba. Siempre distintas. Se compraba en los circos y en los puestos del bosque de Chapultepec en la ciudad de México.


Lo que vivimos la primera semana de junio del 2013, no cabe aquí porque es un calidoscopio, como lo es también, la España que nos tocó vivir. Es mucho lo que diremos y lo que nos quedaremos; los que emprendimos la aventura de viajar por Europa, con el pretexto del VIICongreso Mundial de Educación Ambiental en África.

Por largo tiempo reflexionaremos, recordaremos, hablaremos, referiremos y ejemplificaremos con lo que nos regalaron los sentidos esta semana de junio. El plural y la memoria son por varias razones. A saber: primero porque viajo con Alma Cuevas, Sonia Rosales, Nancy Benítez, Oswaldo Escobar y Miguel Arias.




Las varias razones son algunas de las siguientes:

A) Visitamos tres ciudades de España, Madrid, Barcelona, Toledo y varados en un amanecer en Zaragoza, que no cuenta y donde inicio esta crónica sobre una tablet.

Ciudades muy distintas pero con varias vocaciones comunes actualmente, entre las cuales se destaca el turismos, que se encuentra ubicado en primerísimo lugar. Ligado a esto la inmigración que se muestra a cada paso y el consecuente multiculturalismo global evidente e inevitable.

B)Supongamos que hablamos del Madrid—como decía un Sabina que no veo por ningún lado—que es una ciudad sobremoderna y aunque todavía vivible.

Un España con vestigios tradicionales (jamón, vino, paella, marisco, flamenco, etc.) y rasgos de la más avanzada Europa, me hacen recordar un viejo texto de Gianni Vattimo, que hablaba del país más tradicional y más posmoderno simultáneamente, o las muchas Españas que son desde siempre.

En el metro, en lugar de las jeringuillas de heroína descritas por el Joaquín, nos encontramos máquinas despachadoras de condones, carteles de innovación que resumen con palabras los últimos lustros del avance teórico de la comunicación mercadológica, tiendas de objetos y contenidos eróticos o folletos de aprendizaje rápido de inglés, responsabilidad social y hasta papelitos pegados en los andenes de poetas que inspiran o fomentan la lectura.

Sí, el metro fue nuestro medio de transporte, referente social y termómetro. Compramos por 15 euros el equivalente a quince viajes que muy bien aprovechamos, agotamos y volvimos a comprar.

C) El turismo en España está en todos lados en forma organizada y también absorbente y desbordante. Uno de los países más visitados del mundo, no puede actuar de otra forma.

En los aeropuertos, por ejemplo, ante la pérdida de maletas—que no pasó de ser un pequeño trauma de viaje—la reacción de la empleada de Lufthansa es rápida, franca y eficiente. Dijo la verdad: no llegarán las maletas por el retraso del vuelo en México, pero prometió y cumplió que llegarían al otro día y las llevarían hasta nuestro hotel.

En los transportes públicos, como decía la que adoptamos, la gente de Madrid, Toledo, Barcelona, digamos que ha aprendido a ver a los turistas como parte de su ecosistema.

En los lugares que muchos visitan por su importancia histórica —como el Escorial, el Alcázar en Toledo, o el mismísimo estadio del Real Madrid, Santiago Bernabéu—la mezcla es normal. Tengo que decir que son raros los intercambios comunicativos o de diálogo y, más poco comunes, los que llegan a un nivel mediano de profundidad. Pero eso sí, los españoles que saben algo que les preguntas lo contestan respetuosos, directos y tajantes.

D) Madrid, y tal vez más Barcelona, son en la actualidad un verdadero poliedro de razas, ideologías, creencias, formas de pensar y de sobre vivencia, como obra de Miró o Gaudí. Se dice que en la última década da —por supuesto, antes de la crisis ( AC y DC, antes o después de la crisis, es casi un lugar común en la mayoría de los diálogos por este lado del Atlántico)— arribaron ya no como turistas pobladores originales de África (hambre y guerra como propulsores), la Europa del Este ( las segundas camadas de un socialismo que tal vez ya no vivieron, América latina ( herencias de neoliberalismo ortodoxos y sus tremendas desigualdades) y muchos y distintos Asiáticos ( la distribución mundial de la población desde abajo, radical e incontenible).

En esta mezcla turística y multicultural los vagones del metro se vuelven un pequeño resúmenes de los pisos de la Torre de Babel. En los pasillos se concreta artísticamente y musicalmente el asunto.

Violinistas obsesionados con los boleros mexicanos; trompetistas detonando notas de lo mejor del jazz americano; trovadores solo pidiendo le da Dios que en la guerra no les sea indiferente; y réplicas de Camarón o Cigalas con la pierna rota pero con el cante hondo por aquella que quieren dejar de amar.

Veo, por ejemplo, una mujer con burka, empujando una carriola y con otras hijas que ya no llevan la indumentaria árabe. Las modas yuxtapuestas hacen de cualquier restaurante o rambla un confeti de colores y de sonido. Reggae, Maná, vieja trova cubana y sonidos del recuerdo del viejo rock ingles acompañan casi siempre los alimentos.


A eso hay que añadirle el regionalismo que cuelga en muchas ventanas y frases. Toledo era la capital de España. El catalán, como idioma está presente en todos medios, todas las calles y los sitios. Las mejores tapas de Madrid y Europa, dice un letrero en un pequeño restaurante.

No podemos negar que en este caldo o cocido , tan diferente, se puedan generar conflictos raciales o étnicos, que sin duda los hay, pero por lo que vemos, dominan los gadgets y otras formas tecnológica que distraen a los distintos de este cosmos, más que los enfrentamientos. No se ven las personas, o evitan hacerlo, como en todos lados ahora se vuelve la mirada hacia teléfonos y tabletas. Aunque todavía vemos un Madrid lector, ahora es en PDF y otros dispositivos modernos.


La noticia de la semana fue que un maestro educado en un monasterio Shaolin en China, campeón mundial de Kung fu, era un asesino serial en Bilbao. Se repite decenas de veces las imágenes de la escuela del guía, el tatami, y los restos de las víctimas en muchos noticieros y periódicos que me siento en México. Suponemos que tratando de alejar el mal, ya le argumentaban severo daño cerebral, los infalibles medios al famoso Shaolín al tercer día.

Si cosmopolita alude al espacio donde el rompecabezas planetario se sintetiza, las ciudades españolas son hoy el gran laboratorio planetario y del futuro.

Por si fuera poco hay bibliotecas, pantallas pequeñas o gigantes que ayudan a no voltear a lo humano. En realidad es muy fácil pasar desapercibido en este contexto. Somos una fichita prescindible y temporal, en el huracán medianamente pacífico de la diferenciación española de este momento.

E) Las edades. Desde que tengo memoria Europa es un continente viejo. Bueno eso se decía en mi infancia, argumentando no sé cuántas cosas de los resabios de la segunda guerra y el modelo de la transición demográfica. En este pedazo de Europa Vemos personas de muchas edades, sin que los adultos mayores lleguen a ser mayoría. También Reconocemos los rasgos delfor ever young, en mucha gente: bermudas y playeras (remera).




Niños y jóvenes van en parvadas, en donde son reconocibles rasgos culturales del país de origen. También se diferencian por práctica particulares de actividades deportivas normales—futbol, básquetbol y natación—otras poco más extremas, como el montañismo, patineta, alpinismo o una forma de ciclismo cultural.


Observamos grupos de niños que van siempre con un adulto, hombre o mujer, en algún recinto cultural. Las familias de mamá y papa con (pocos) hijos, son pocas y migrantes. Los bares y cafés abren temprano y reciben con café, pan, bocaditos y trozos de tarta de huevo a hombres maduros que platican u hojean el periódico. Los niños tienen corrales—equipamientos con juegos lindos y modernos; pero si, faltan niños.

F) Veo al Doctor Mauricio Tenorio Trillo, muy delgado, pero inteligente, burlón, sonriente, productivo e irónico como toda la vida. Nos encontramos en la estatua del Colon que apunta al Mar Mediterráneo. Me saca casi corriendo, de huida , de las ramblas que son para los nacos turísticos, luego modera el comentario diciendo que estas ramblas están tomadas por migrantes Pakistanís. Camino junto a él por mercados y zonas pegadas al viejo puerto; zona histórica de prostitutas y marineros me ilustra y por lo que observo hay vocaciones de zonas urbanas que les cuesta trabajo perder la tradición. Le comento que no encuentro el Barcelona de las librerías. Eso parece que le ofende y me lleva a una gran librería. Es europea afirma, al principio no sé lo que me quiere decir, pero me explica que hay ediciones de libros y obras de muchos de los países de la comunidad europea. Me conduce a la sección de cine. Caminamos cortando camino, por atajos en los que se mueve como pez en el agua mediterránea, evita el turismo, pero me aclara que sin él la crisis española sería mucho peor.


Habla de la historia y los símbolos de Barcelona, me lleva a un restaurante de lujo que llama pijo1 y pide un pan tómate de entrada. Con su estilo característico me pone el ejemplo de una comida tradicional mexicana como el mole y la dificultad en su elaboración: ni nuestras madres, que si sabían cocinar, lo hacían, en cambio esté pan éxito que es un verdadero orgullo de los catalanes lo podría hacer hasta un gorila. Pone un tomate en una mano y en la otra el jitomate y en otra el pan y en algún momento…

Hablamos los viejos tiempos, que siempre cambian, de nuestros buenos maestros de sociología en la universidad, reconoce que no fue mala esa etapa de nuestra vida. Ahora arremete contra el símbolo de la bandera de rayas rojas y amarillas. No deja títere con cabeza. Después fumamos, el un puro y yo cigarros, en la plaza Cataluña, con palomas, paquistaníes que hacen globos de jabón. Ahí me muestra su nuevo y maravilloso libro sobre la Ciudad de México de 1880 a 1930, escrito en inglés que lleva el título y epígrafe de un verso de Octavio Paz. Quedó con la sensación de que mañana lo veré en la clase de Latinoamérica con el Profe Piñeiro.

G) Como buenos turistas, nos hemos dado a la tarea y misión de ir a los museos. Lo primero que extraña de los propios es el precio. En promedio entrar tiene un costo entre 10 y 15 euros (promedio doscientos pesos). Luego lo lleno que están.

El primero fue el más renombrado, El museo del Prado, claro porque ahí se encuentran los Velázquez y Goya más conocidos. Impresionantes artistas herederos de un medievo y renacimiento español, en el que vemos joyas que sorprenden por todos lados. Sigo a una señora que tiene una camisa tipo polo que lleva bordado el título de un proyecto educativo El arte de educar. Está rodeada de pequeños y les muestra un cuadro en el que la perspectiva se mueve, conforme avanza el espectador. Ella misma camina frente al cuadro invitando a los niños a hacerlo. Las meninas, de Velázquez y el gran ensayo de Las meninas de Picasso en el museo dedicado a él en Barcelona son por mucho las más visitadas. Los asistentes ven estos cuadros con mayor detenimiento y atención que las demás pinturas. A mí me encanto la obra negra de Goya, me encanta que en el museo del Prado, el Goya cortesano, se encuentre en el primer piso y la obra dura, descriptiva, etnográfica, profunda y obscura se encuentre en el sótano. Especulo con la idea de que estas dos caras; la clara y superficial, linda y luminosa, conviven en muchos artistas con la parte oculta, prohibida, descarnada y sórdida que no está nunca en los grandes Palacios y habita también en los sótanos. El arte de forma irremediable reproduce la vida.


Vamos a ver la exposición de los Dalí al museo Reina Sofía, y también volvemos a ver esta entidad dividida en la obra del este genio/loco. La pinturas surrealistas de Dalí, verlas en directo y de frente resultan cautivadoras, seductoras e inerrables , me fascina la titulada Sueño agnóstico, en la que sólo hay negrura, una pequeña ventana en la esquina superior derecha de la que sale una cuchara que lleva en la parte hundida un pequeño, diminuto e insignificante reloj. Como en el cuadro de La persistencia de la memoria el reloj representa al mismo tiempo esperanza, determinación y escasa oportunidad, acaso de vida. Veo muchos cuadros de Dalí, en algunos la presencia familiar de su primera época y religiosa es inmensa. Ateo, siempre fue un preocupado de la existencia de Dios, pensamos que por las dudas o por envidia.

Tal vez eso es lo que nos llama más la atención de ese espacio frío y lejano que es El Escorial, el arte sacro, los cientos de rostros de cristus que suben, están en la cruz o son bajados de la misma. Eso y por supuesto el arte de la aristocracia española del descubrimiento de América a la época actual. Alcanzamos a escuchar a una guía relatar la vida de los Isabel es, Fernando, Carlos, Felipes y una inmensa jauría de enanos, condes y duques como si fuera una telenovela del nuestro canal de las estrellas. Compro el libro la Beltraneja (de Almudena de Arteaga), solo porque me sonó familiar.