Roberto
Correu Chehin
Cuando uno empieza a trabajar como
maestro, generalmente lo hace en los lugares más apartados de la ciudad, las
llamadas zonas marginadas, con el tiempo pasa a zonas de mayor rango
socioeconómico o zonas de clase media. Estas experiencias le sirven al maestro
para ubicar problemas de aprendizaje. No olvidemos que las condiciones
socioculturales en la mayoría de los casos son determinantes en el avance
educativo de los niños.
En las zonas marginadas los problemas
de aprendizaje generalmente son mayores, los niños no saben leer, no entiende
lo que leen o no saben escribir, no usan mayúsculas al inicio del texto o
después de punto, las mayúsculas las suelen usar a mitad de una palabra, juntan
palabras o separan letras de una misma palabra, la ortografía también es
deficiente, etc.
Este fue el caso que experimenté con
un grupo de 5º grado de primaria en una zona marginada en la colonia Zapotitlan
de la Delegación Tláhuac ,
D.F. Se trataba de una colonia que perteneció al campamento 2 de octubre. Este
campamento lo constituyó gente sin vivienda que se plantó en un camellón amplio de la ciudad de México para vivir.
La escuela con muchas carencias, se
trataba de una escuela prefabricada, mi salón sin puerta, y los niños con las
carencias de la pobreza.
Se trataba de niños de quinto grado de
primaria que no sabían escribir. Habían pasado cuatro años de educación
primaria y no habían logrado dominar los aspectos mínimos de la escritura.
Me dije ¿qué hago?, intuí y me dije
“estos niños no han visto escribir a su maestro” y cuado digo “visto escribir”
implica que los niños escriban junto con su maestro.
Comenzábamos el día escribiendo, yo en
el pizarrón, los niños en su cuaderno. Tomaba un párrafo de su libro de lectura
y con cierto acompañamiento hacíamos la escritura; cuando hablo de
acompañamiento, implica que durante la escritura el maestro haga énfasis en las
dificultades que el niño pueda tener al escribir,
ejemplo: “La nube que llovió por primera vez”.
Este es el título de la lectura, el
acompañamiento que el maestro hace se refiere a las dificultades que el niño
pueda tener al escribir. Así con el título enfatizamos al alumno que al empezar
a escribir lo hacemos con mayúscula, “La”, “nube” nombre común con minúscula y
b, “llovió”, con doble ll, uv y acento en la ó, por primera vez, “vez” con uv y
con z.
Me parece que además de que los niños
escriban en su cuaderno, el acompañamiento que el maestro hace de lo que
escribe en el pizarrón es muy importante, podíamos decir que es la clave para
que los niños mejoren su escritura y ortografía.
Del mismo modo procedíamos con un
párrafo del texto tomado del libro de lectura de los alumnos. Los resultados
los empecé a ver al mes de ejercitar la escritura en el pizarrón. El dictado
que les hacía fue mejorando considerablemente.
Si pensamos que los niños eran de 5º
grado, habían cursado cuatro años y tenían tantas dificultades en su escritura;
y si ésta experiencia al mes ya dio resultados, podemos considerarla como una
experiencia de aprendizaje significativa.
¿Qué significa esta experiencia?
Se trata de una experiencia donde el
maestro hace acopio de sus destrezas como enseñante para ponerla al servicio de
uno niños a los que no les han sabido enseñar a escribir. Es un proceso de
interacción del maestro con sus alumnos, en el que ambos ponen en ejercicio una
acción práctica de enseñanza aprendizaje.
Como señala Eduardo Andere M. cuando
hace referencia a su proyecto de investigación, ¿Cómo es la mejor educación en
el mundo? “Y he llegado a la conclusión de que la esencia no es la forma, la
esencia es lo que sucede en el “espacio o interacción o contacto” que el
docente logra con cada uno de los alumnos y el grupo en general. No importa el
tamaño o el enfoque, importa la capacidad de liderazgo del maestro para
entender y adaptarse para motivar y encausar”[1].
El maestro en el salón de clases se
vale de muchas actividades y estrategias para lograr el aprendizaje, no tiene
claro un método pero logra el aprendizaje en los niños. El hecho que los niños
vean escribir a su maestro en el pizarrón y ellos escriban en su cuaderno,
favorece que los niños mejoren su letra, que venzan las dificultades
ortográficas y que con la práctica mejore su escritura.
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